Dicen que Estados Unidos espió el 75% del tráfico de internet. No seré yo quien defienda dicha práctica. Pero la verdad es que no entiendo el escándalo de los europeos ante el asunto.
En Estados Unidos el tema no dará para mucho. Los republicanos mayoritariamente no lo criticarán, porque entre seguridad y libertad muchos optan por taparse la nariz y elegir lo primero. Los demócratas tampoco lo criticarán en su mayoría, por la sencilla razón de que Obama es demócrata, así que, al igual que los republicanos, se taparán la nariz y lo aceptarán. Y todos ellos, además, dirán sinceramente que aunque no les guste prefieren ceder algo de libertad a cambio de impedir atentados terroristas en su suelo. Y son ellos, los estadounidenses, los que deben decider que hacer con la cuestión, no los europeos.
Pero esos europeos son precisamente los que se rasgan las vestiduras. Pues bien, señores europeos, la solución es fácil. Busquen o inventen un Google con sede en Berlín, un Facebook con sede en París, un Yahoo con sede en Londres, un Twitter con sede en Madrid, y asi sucesivamente con buscadores, redes sociales, emails, etc. Y solo usen esos. Ni se les ocurra conectarse o intercambiar información con algo que huela a servicio radicado en Estados Unidos. Punto.
Lo que me parece el colmo del despropósito de los mencionados europeos es usar dichos servicios radicados en Estados Unidos, en los que firman larguísimas condiciones de uso que casi nunca leen, y a los que entregan datos personales sin cuento, para luego escandalizarse porque el Gobierno de dicho país, que no es el suyo, entra en esos servicios a espiarles.
Me recuerdan el chiste que surgió hace unos años (bastantes): "Oye, vamos, bebámonos rápidamente la Coca-Cola, pongámonos los Levis, cojamos el paquete de Marlboro, de paso comemos algo rápido en el McDonalds y vámonos ya a la manifestación contra los yanquis, que está a punto de empezar".
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