La cifra de las mujeres asesinas por sus parejas
o exparejas la escuché en el programa de noticias
de Iñigo Alfonso en RNE hace unos días. No digo yo que no se lleve la cuenta, que me parece bien que se haga. Pero
es que si también los suicidios en España se contaran probablemente estaríamos hablando de 1.600 (sí, mil seiscientos). Vamos, cien veces más que las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. Pero esas muertes son completamente ignoradas. No solamente en los números, sino en los planes para que no sucedan. Humanamente terrible. Y políticamente vergonzoso.
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