Un líder británico, no recuerdo cuál, dijo una vez que "en política exterior no hay ni amigos ni enemigos, solo hay intereses". Pues parece que el actual Gobierno de España, dirigido por su Presidente, Pedro Sánchez, no la conoce. Porque la política exterior española (si es que la hay) está hecha con la ideología y no con los intereses.
¿Con quién le interesa llevarse mejor a España, con el Polisario o con Marruecos? La respuesta es más que evidente, con el vecino del sur, que es el único potencial agresor militar de España. Pues ya hemos visto como ha actuado el Gobierno con el insensato tema de Brahim Ghali.
¿Se puede hacer peor? Claro que sí, y el ideologizado gobierno español se ha encargado de demostrarlo rápidamente. Resulta que ha preferido escupir en la cara a Estados Unidos para no ofender al Polisario. Supongo que este (des)gobierno piensa (¿de verdad piensa algo?) que, si algún día Marruecos decide atacar militarmente a España, la ayuda del Polisario será más valiosa que la de Estados Unidos.
Desde Aznar no ha habido en España una política exterior digna de tal nombre. Zapatero se dedicó a insultar a Estados Unidos y pasó lo que pasó. Rajoy decidió mirar hacia la Unión Europea e ignorar a Estados Unidos. Y Sánchez puede acabar hasta haciendo bueno a Zapatero, que ya es decir.
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