Patético y de vergüenza ajena

El forzado encuentro por parte de Sánchez con Biden hay que empezar por calificarlo como auténticamente bochornoso. Incalificable el vasallaje de Sánchez a Biden, que implica nada más y nada menos que un vasallaje de España a Estados Unidos. Y después el tío no se corta lo más mínimo en decir que durante la brevísima conversación han tratado temas importantísimos. Cuando en realidad, y esto sí me parece importantísimo, Biden da más importancia a la relación de Estados Unidos con Estonia, Letonia, Lituania y Turquía que con España.

Desde Moncloa habían vendido a bombo y platillo que sería “una conversación” y no un mero saludo protocolario y que, ojo a esta frase, el hecho que Biden haya reservado un hueco en su agenda para conversar con Sánchez durante su primera gira europea desmiente, a juicio de las fuentes consultadas, el supuesto desinterés del nuevo mandatario estadounidense por España (vale la pena leer el artículo completo en El País de hace cinco días), y al final lo que ha ocurrido ha sido exactamente la contrario, o sea, en palabras de las fuentes consultadas por El País, ha quedado demostrado el desinterés del nuevo mandatario estadounidense por España. Algo que, afortunadamente, no demuestra hacia Israel. Ni tampoco, dicho sea de paso, hacia Alemania, Francia o Reino Unido.

Si vamos a los que saben del tema, los profesionales de la diplomacia, nos encontramos con esto:

En Exteriores se hace hincapié en que "no hay problemas serios" entre España y Estados Unidos, aunque también se admite que Washington no ve a nuestro país como aliado estratégico, sino secundario. "Si no estás en su agenda de una cumbre, es que no cuentan contigo para las cosas importantes", subraya una embajadora destinada en una capital europea.

Y con esto otro:

Por eso, causa estupor en las citadas fuentes que Washington no haya concedido a Madrid ni siquiera unos minutos para que Biden y Sánchez conversaran juntos. "Es posible que la parte española haya presionado mucho cuando los americanos no querían. Que hayamos forzado y que el resultado haya sido este. Pero en ocasiones, es mejor no hacer nada que ese paseo", sostiene un experimentado diplomático.

Si sumamos todo nos encontramos con un resultado que es patético y que produce auténtica vergüenza ajena.