Ayer, durante el culto de oración de la pequeña iglesia hispana a la que asistimos mi esposa y yo, un muchacho de Guatemala dio un testimonio en el que incluyó una mención a
que las pandillas habían matado hace años a miembros de su familia.
Una vez finalizado el culto me acerqué a él y le pregunté que si esas pandillas gozan de impunidad. Me respondió que totalmente y que el Gobierno es completamente corrupto, cuyo único interés de sus miembros es el asegurarse una buena posición económica para cuando lo abandonen; me dijo que la situación es tan así que las ayudas internacionales, sean de la índole que sean, nunca llegan al pueblo, sino que van a las cuentas privadas de los miembros del Ejectivo.
Yo personalmente no sigo la actualidad de Guatemala, así que no puedo confirmar o desmentir sus palabras. Pero es la opinión de un guatemalteco que, dicho sea de paso, está en contacto muy cercano con su país.
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