A veces pasa. Uno lucha tanto por algo y cuando
lo consigue, al final no le gusta lo logrado. Es lo
que está pasando con la baja natalidad de España. Al progrerío patrio parece que le molestaba ver familias numerosas por doquier. Y comenazaron su labor de desincentivar, compo parte de aquella filosofía de Alfonso Guerra de "después de unos años de gobiernos socialistas a España no la va a reconocer ni la madre que la parió".
Ahora leo que:
La tasa de natalidad está por debajo de 1,3 descendientes por mujer, una de las más bajas de la UE. La falta de ayudas públicas, la pérdida de ingresos laborales para las mujeres tras la maternidad, la dificultad para conciliar y la escasa corresponsabilidad de muchos hombres en la crianza están entre los preocupantes factores del fenómeno.
Para empezar, la tasa de natalidad no es que sea una de las más bajas de la UE, que también, es que es, si descontamos Mónaco, Hong Kong y Singapur, que no pasan de ser ciudades, la cuarta más baja de todo el mundo, con un indice de no el 1.3 que nos dice el artículo, sino el 1.19.
¿Y como se ha llegado a eso? No se trata de las cuatro razones que aporta el periodista, con una visión evidentemente de progre de manual; sino de una destrucción sistemática de la familia tradicional, que es la que produce hijos; una decadencia social en todos los órdenes, que ha producido que las nuevas generaciones no estén interesadas en tener y criar hijos, sino en su propio bienestar sexual, cambiando de pareja tantas veces como sea posible, sin dejar atrás el compromiso de por vida que son los hijos; leyes del aborto, que empezó por la de González y culminó con la de Zapatero-Rajoy, que están matando en el vientre materno a una multitud de niños que deberían nacer; una promoción del libertinaje sexual que hace que pocos quieran comprometerse con hijos; y leyes que maltratan a los hombres sobre las mujeres, lo que produce que ellos no quieran comprometerse con ellas en tener hijos, porque son conscientes de que hay un enorme porcentaje de posibilidades de que finalmente esos hijos sean utilizados contra ellos. Es mucho más fácil, por lo tanto, tener relaciones sexuales sin ningún compromiso y después si te he visto no me acuerdo.
¿Que todo suena muy carca? Bueno, pues vale. Es lo que vengo diciendo en este blog desde hace más de diecisiete años. Y el tiempo me ha dado razón y me la seguirá dando. Es lo que hay.
Pero no os preocupéis, porque ese índice de natalidad de 1.19 no caerá mucho más. Hasta es posible que se recupere un poco. Porque dentro de España tenéis a una sociedad musulmana creciente, que tiene hijos a destajo. ¿Que no os preocupéis digo? Preocuparos, sí, y mucho. Pero por otras razones, que son ya de otro tema. Como quiera, son las deciones que habéis sembrado a lo largo de decenios de progrerío y decadencia. Ahora está empezando el momento de cosechar. Solo empezando.
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