Vaya por delante que la batalla que están librando los defensores del 25%
de las materias en castellano en Cataluña
me parece admirable, así como la posición de no respeto a la legalidad en este tema del Gobierno de Cataluña, queriendo que todas las materias se enseñen en catalán, la considero lamentable y como consecuencia alguien debería ir a parar a la cárcel, y la actitud de Sánchez y su Gobierno de apoyar a estos incumplidores de la ley para que le apoyen y aguantar así otro año y medio en Moncloa opino que es miserable.
Pero este conflicto nunca debió haber existido y sería de fácil solución si pusieramos en el centro de la cuestión lo más importante: la libertad indiviual.
¿Que unos quieren llevar a sus hijos a una escuela donde todo sea en catalán? Genial. ¿Que otros deciden llevar a los suyos a un colegio donde todo se enseñe en castellan? Perfecto. ¿Que hay algunos (o muchos) que prefieren que sea mitad y mitad? Extraordinario. Igual que si otros se deciden por una educación trilingüe, o tetralingüe, o lo que sea.
Todo se resolvería dejando que los padres decidieran lo que creen que es mejor educativamente para sus hijos, abandonando el sistema de educación pública y pasando a uno de cheque escolar, en el cual los padres reciben el equivalente a lo que cuesta actualmente enseñar a sus hijos y se lo gastan en el colegio que consideren oportuna. Y no solamente en Cataluña, sino en toda España.
¿Demasiado sencillo? Por supuesto. Porque lo que les gusta (a todo los de arriba y a casi todos los de abajo) es la colectividad (el borreguismo, vamos) y no la libertad individual.
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