Hace un par de semanas me arriesgué a predecir que Pedro Sánchez podría "presentar una moción de censura por sorpresa en los próximos días, para ser investido Presidente antes de que llegue el 1-O, habiendo amarrado previamente con los separatistas catalanes un apoyo a su moción y una desactivación del 1-O a cambio de la promesa de un "nuevo marco" para Cataluña cercano a la independencia de hecho."
Me equivoqué. Todo apunta a que, como muy bien dice Luis Herrero en un artículo al que hice referencia en mi texto anterior, el socialista va a esperar a que pase el 1-O para no correr riesgos, y será entonces cuando plantee su moción de censura que le convertiría en presidente de un gobierno multicolor.
Lo único que puede desactivar ese plan (que creo que ya está completamente preparado a estas alturas) es que Rajoy apriete el botón del pánico y convoque elecciones anticipadas... las cuales, mucho ojo, no puede convocar una vez que Sánchez presente la moción de censura. ¿Quién moverá ficha primero, el gallego o el madrileño? La respuesta a partir del 2 de octubre. Nos esperan días emocionantes (vamos, que van a seguir). Eso sí, peligrosamente emocionantes.
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