Nada más tomar la ciudad, los 2.000 habitantes del Barrio Judío de la Ciudad Vieja fueron expulsados en masa cuando la Legión Árabe la ocupó el 28 de mayo de 1948. Dos días después, la Sinagoga Hurva, construida originalmente en 1701, fue volada por las tropas árabes. Todas menos una de las cincuenta y tres casas de culto judío que existían en la Ciudad Vieja fueron destruidas. Las sinagogas fueron destruidas o saqueadas y despojados sus interiores para ser utilizados como gallineros o establos, y el barrio judío fue prácticamente demolido. El antiguo cementerio judío en el Monte de los Olivos fue profanado, y sus lápidas y tumbas se utilizaron para la construcción y pavimentación de caminos. Tras la total expulsión de los judíos, Jordania también destruyó las aldeas judías de Atarot y Neve Yaakov, al norte de la ciudad. El comandante jordano que lideró la operación informó a sus superiores: "Por primera vez en 1000 años no queda un solo judío en el barrio judío. Ni un solo edificio se mantiene intacto. Esto hace que el retorno de los judíos aquí sea imposible".
La fuente no es precisamente un periódico o blog israelí, sino la nada sospechosa de proisralismo Wikipedia. Pero, claro, la culpa de todo la sigue teniendo, como siempre, Israel, y los musulmanes siguen siendo todos ellos unas cándidas almas inocentes.
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