El Tribunal Supremo del Reino Unido ha hecho pública su decisión de que la suspensión del Parlamento británico que llevó a la práctica Boris Johnson fue, literalmente, ilegal.
Lo anterior para mí implica que Johnson ha pedido la partida. No sé cuales serán los próximos pasos, pero en puridad democrática la única salida honrosa que le queda es una: dimitir. Otra cosa es que Johnson y la honra puede que no estén muy alineados.
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