El señor (ejem) Torra con que no cree mucho en la separación de poderes, el respeto a las decisiones judiciales y esas cosas tan complicadas del Estado de Derecho. Lo ha venido a demostrar (una vez más) con su negativa a obedecer al máximo tribunal catalán (sí, catalán), el cual le ha ordenado retirar la pancarta política que preside la sede del gobierno catalán a favor de los presos y huidos secesionistas.
Si las cosas están así ahora mismo, no quiero pensar como pueden ponerse con una más que probable sentencia adversa del Tribunal Supremo a los políticos secesionistas, tomando en cuenta que el frente del gobierno catalán no está un político que represente a toda Cataluña, sino un fanático activista separatistas con ciertos tics de desequilibrado mental. Nada más y nada menos.
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