Es incomprensible la decisión de Marlaska de cesar a Pérez de los Cobos. Con la misma ha metido al Gobierno en un problema completamente inncesario, porque con dicho cese no ha ganado absolutamente nada. Es ridículo que diga que lo ha hecho por pérdida de confianza y porque está remodelando su equipo de trabajo. En el mismo cargo que Pérez de los Cobos, jefe de comandancia, hay otros 49 coroneles, porque las comandancias de la Guardia Civil coinciden con las provincias. Estamos hablando de una división jerárquica de la Guardia Civil, una comandancia (mandada por un coronel) manda sobre las compañías, una compañia (normalmente mandada por un capitán) manda sobre varia líneas, y una línea (normalmente dirigida por un teniente) manda sobre varios puestos (dirigidos por cabos o sargentos). Estamos hablando, por lo tanto, no de un puesto político, sino que un puesto al que se llega por ascenso.
Independientemente de que el Ministro del Interior o la Directora de la Guerdia Civil tengan esa postestad, no son cargos que normalmente departen con ellos, sino puestos para dirigir una organización tremendamente jerarquizada como es la Guardia Civil. Por eso la mentira de Marlaska es más que evidente.
Pero es que, repito, la destitución no le ha traído al Gobierno ningún beneficio. Si de lo que se trataba era de una vulgar venganza personal por lo haber obedecido a sus órdenes, mejor le hubiera sido esperar un tiempo y después cobrarse la pieza.
Lo que Marlaska ha hecho ha sido una vulgar machada, para demostrar que es él quien tiene el poder y al que hay que obedecer (aunque sus órdenes de facilitarle el contenido del informe fueran ilegales e incitasen al delito). Se ha dejado llevar por un carácter probablemente colérico y por un cada vez más evidente desorden psicológico. Porque solo así se explica que montase lo que montó (le envió a Pérez de los Cobos hasta a tres mensajeros para presionarle a que le dejara ver el informe)) para conseguir un informe que hoy por hoy ya está en todas partes (hasta en este blog).
Estamos no solamente ante un Ministro de Justicia totalitario (ya lo demostró con sus órdenes de investigar preventivamente lo que publicaban los ciudadanos españoles en las redes sociales) e incompetente, sino también que es capaz de cometer una de las estupideces más grandes que se han cometido desde el Gobierno (mucho más, por ejemplo, que la de pactar con Bildu, que ya es decir). Con ella, además, ha conseguido ser aplaudido por todo el espectro separatista (con el coste electoral que puede tener para el PSOE) y sumar contra él a Cs (creo que fue el primer partido en pedir su dimisión; después llegarían Vox y PP).
Y, por si lo relatado fuera poco, se encuentra con que el número uno no político de la Guardia Civil, el teniente general Laurentino Ceña, dimitió de forma fulminante e irrevocable por descuerdo con la destitución de Pérez de los Cobos. Y para empeorar la situación (si, todo puede ser peor), Marlaska nombró como su sustituto no al que le correspondía en el escalafón (un teniente general), sino a un general de división afín a él.
Ha conseguido quemarse personalmente. Y no solamente a él, sino también a la misma Directora de la Guardia Civil. Es lo que tiene dejarse llevar por el carácter y por la inestabilidad psicológica para cometer una irreflexiba e infinita estupidez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.