Yo, personalmente, no hubiera hecho mención al padre de Pablo Iglesias, como lo hizo Cayetana Álvarez de Toledo. Pero Pablo Iglesias se pasó toda su intervención provocando a la diputada del PP con esa matraquilla de señora marquesa, que la repitió con auténtico cinismo de forma continua. Se podrá estar de acuerdo o no con esa mofa irrespetuosa (yo no lo estoy), pero probablemente la Presidenta del Congreso hizo bien en no marcarla el error, en función de la libertad de expresión del Vicepresidente.
Lo que es una auténtica barbaridad es que Meritxell Batet le marcara el error a Álvarez de Toledo y decidiera retirar su mención al padre de Pablo Iglesias como terrorista. Cuando, independientemente de que estemos de acuerdo con su mención o no (repito, a mí no me gustó), lo único que estaba haciendo era defenderse del continuo ataque de Iglesias llamándadola una y otra vez, reitero, señora marquesa, en un tono y una reiteración que bordeaba el machismo, si es que no caía en él.
Machismo que también bordeó (o cayó en él) Iglesias cuando habló de, literalmente, inmundicia hace unos días después de una intervención de la diputada de Vox María Ruiz. Y la señora Batet desde su Presidencia del Congreso no dijo absolutamente nada.
Por cierto, que al calificativo de terrorista del padre de Pablo Iglesias por parte de Cayetana Álvarez de Toledo, el Vicepresidente respondió diciendo que le estaba acusando (a su padre) de un delito que podría ser ventilado en la Justicia (no creo que fuera una falsedad, porque el hombre fue miembro de la organización terrorista FRAP). Y al día siguiente este mismo señor, en la Comisión para la Reconstrucción del Congreso de los Diputados, sin venir a cuento, acusa a Vox de querer dar un golpe de estado (es decir, les está acusando de querer cometer un grave delito). Y el Presidente de la Comisión, el socialista Patxi López, calló.
Es decir, que Pablo Iglesias tiene el derecho de hablar de inmundicia después de la intervención de una diputada, puede aludir cínicamente a otra como señora marquesa, puede acusar a un partido de querer dar un golpe de estado... pero de su señor padre no se le puede decir que fue un terrorista cuando es público y notorio que fue miembro de una organización terrorista.
Luego aparecen los medios y periodistas izquierdosos diciendo que es una vergüenza el tono entre los políticos, repartiendo culpas por igual. Cuando hay una realidad, y es que a Pablo Iglesias se le permite toda la violencia verbal que a él le apetece usar. Porque, claro, la izquierda puede usar la violencia verbal. Y la derecha no tiene el derecho ni a defenderse.
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