La foto que acompaña a este texto fue tomada hace hoy 40 años en el hotel Palace, de Madrid, tras unas elecciones generales celebradas ese día en las que el PSOE de Felipe González y Alfonsó Guerrá no ganó, no. Arrasó. 202 diputados sobre 350. Una hazaña que no se ha vuelto a repetir y que es improbable que se repita en el futuro.
Había otras opciones. La derecha del exministro fanquista Manual Fraga obtuvo 107 diputados, el centro derecha de Landelino Lavilla se quedó desde el Gobierno en 11 y el centro izquierda del expresidente Suárez cosechó únicamente 2. Los votantes españoles tenían en sus manos dos opciones entre la socialista y la derechista, pero se inclinaron mayoritariamente por la izquierdista y le dieron el liderazgo de la oposición a un exministro franquista.
Ahora se intenta mitificar a Felipe González, quien incumplió sus dos principales promesas de campaña. Ni creó los 800.000 puestos de trabajo prometidos ni sacó a España de la OTAN (esto último ciertamente tras un referéndum). Por el camino expropió el holding RUMASA (que tras sanearlo con cuenta a todos los españoles casi regaló a sus amiguetes), organizó una banda que practicó el terrorismo de Estado (los GAL), aprovó la primera ley del aborto y elevó a los altares televisivos el destape (precursor de la pornografía), entre otras lindezas. Los votantes españoles se lo refrendaron todo cuatro años después, cuando volvió a casi arrasar con 184 diputados.
La sociedad española, por medio de sus votantes, eligió el camino del socialismo. A España no la va a conocer ni la madre que la parió, dijo Alfonso Guerra tras ganar esas elecciones. Por el cambio había sido el lema de campaña del PSOE. Y tanto que ha cambiado España socialmente, dando la razón a Guerra, porque ya no tiene nada que ver con aquella España de hace 40 años.
La inginieria social socialista campa por todas partes. Libertinaje sexual, pornografía, homosexualismo, transexualismo, eliminación de la familia como base de la sociedad, adoctrinamiento, dependencia del Estado, condena del diferente, penas ridículas para crímenes horrendos, inseguridad en las calles, recambio de la sociedad española por otras venidas de fuera y un largo etcétera de despropósitos. Todo ello promovido desde el Gobierno. Los resultados en forma de la decadencia de España están a la vista de todos. De aquellos polvos que votaron los españoles estos lodos que están sufriendo hoy.
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