Dijo Felipe González hace poco que en democracia
la verdad es lo que los ciudadanos creen que es la verdad. Y, claro, se equivoca. Hay verdades absolutas que nunca cambiaran por más que la mayoría voten en su contra. El sol sale por el este por la rotación terrestre, la hierba es verde, la gravedad atrae todo en dirección al centro de la tierra y un sinfin de cosas más son así y punto.
Se podrá alegar que el expresidente no hablaba de ciencias naturales, astronomía o física, sino de política. Pero es que tampoco en eso tiene razón. ¿Cuándo los venezolanos votaron por Hugo Chávez era bueno y luego se convirtió en malo? ¿Acertaron los alemanes cuando votaron mayoritariamente a Hitler? ¿Puede la mayoría limitar o incluso cercenar completamente los derechos de una minoría? ¿Puede esa mayoría obligar a una minoría a actuar en contra de su voluntad? No, no, no y no son las respuestas a las cuatro preguntas. Y son meros ejemplos, por supuesto.
En contra de lo que afirmó Felipe González yo sostengo que una mentira no se convierte en verdad por el hecho de que la crea la mayoría. La transexualidad va contra la naturaleza, el comunismo es robar al que tiene para darlo al que tiene menos, el crimen merece ser castigado, la respondabilidad es individual. Hay cosas que son ciertas y punto.
Pero para Felipe González parece que es cierto el dicho de que nada es verdad y nada es mentira, sino que todo depende del cristal con el que se mira. El problema no es del objeto mirado, sino del cristal. Un muro es un muro y si la mayoría vota que va a desaparecer por arte de magia el muro seguirá ahí. Y se darán cuenta cuando se estrellen contra él.
Dice Felipe González que siente envida de los creyentes y los ateos, porque él no puede salir de su agnosticismo. Ese es el problema del expresidente, su relativismo, ya que parece creer que nada es absoluto sino que todo es relativo, que no se pueden tener certezas sino que hay que moverse en medio de las dudas.
En contra de todo ello la realidad demuestra que una sociedad progresa cuando como grupo descubre cual es la verdad y vota por los que la defienden. No es algo muy popular, ciertamente. Pero es la verdad.
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