Por una vez voy a asumir como ciertas todas las teorías que nos dicen que el cambio climático es algo producido por el ser humano y que de no deternerse será un enorme desastre para el planeta y por ende para la humanidad. Asumiendo dichas teorías como ciertas las principales actividades humanas que producen ese cambio climático son las siguientes: el uso del transporte con motores cuya energía en origen es el petróleo, el consumo de energía eléctrica y gasística, el consumo de energía cuya fuente es el carbón, el uso de productos químicos, la agricultura y la ganadería, la generación de residuos y, finalmente, la deforestación.
Les voy a ofrecer muy pocos números, para no aburrirles en exceso, ya que pretendo que lleguen al final del texto. En las activides enumeradas los cuatro países campeones, por este orden, son China, Estados Unidos, India y Rusia. Ni China, ni India, ni Rusia van a hacer absolutamente nada para dejar de contaminar, porque en ello les va el desarrollo de las paupérrimas condiciones de vida de la inmensa mayoría de sus ciudadanos (los números macro son una cosa, la realidad en las calles otra muy diferente). En el lado opuesto está el país en el que vivo, Estados Unidos, que tampoco va a hacer absolutamente nada (salvo hablar, para quedar bien) contra la contaminación, porque no va a renunciar ni a un ápice de su en general alto nivel de vida, personal y social; es más, si alguno de los dos principales partidos políticos del país tomara decisiones que supusieran un sacrificio para los votantes, el otro partido podría dedicarse a sestear, porque tendría garantizada la victoria en la siguiente elección por auténtica goleada.
Usted, querido lector, puede pensar que uno, dos, tres o los cuatro países son muy egoístas por tomar esas decisiones. Incluso puede usted calificar a sus dirigentes y/o ciudadanos con determinados adjetivos malsonantes, que pueden incluir incluso a parientes de ellos, cercanos o lejanos, vivos o muertos. Es su derecho. Pero el hecho cierto es que eso no cambiará en nada, en absolutamente nada, que esos países seguirán contaminando al mismo ritmo que lo hacen.
Y ahora hablemos de España. Este país, a nivel de contaminación, en relación a su desarrollo, posiblemente sea el tercer país en contaminar menos, solo por delante de Holanda e Israel. Tiene por detrás ciertamente a Grecia y a Portugal, pero son países mucho menos desarrollados. Les prometí dar pocos números, así que solo voy a ofrecer tres o cuatro. España contamina 1/73 de lo que contaminan los cuatro grandes, es decir un 1.37%. Y si España, a base de grandes sacificios, consiguiera reducir su contaminación nada más y nada menos que, por ejemplo, digamos una auténtica exageración, un 25%, con ello estaría contaminando 1/98 del total de los cuatro campeones. Parece un gran avance, ¿verdad?. Pues no, no lo es, es un avance totalmente irrirosio, porque sería un, ojo al dato, 1.02%. La diferencia con ahora significaría, con una brutal redución de su contaminación de un 25%, de tan solo un 0.35% de la suma de los cuatro grandes contaminantes. ¿Saben lo que quiere decir eso? Pues que España ya no influye absolutamente nada con su contaminación en el cambio climático, y que si, con muchísimo sacrifio, consiguiera influir un 25% menos de lo que ya lo hace (que es, repito, una auténtica exageración), seguiría sin influir absolutamente nada.
Por decirlo de otra manera, aquí los que cortan el bacalao de Bilbao en esto de contaminar son China, Estados Unidos, India y Rusia. Y mientras Xi, Biden, Modi y Putin no se sienten a una mesa cuadrangular y acuerden (y cumplan, claro) reducir lo que contaminan en un porcentaje apreciable (pongamos en, por lo menos, un 10%) los demás países en general y España en particular están perdiendo un importantísimo desarrollo de sus ciudadanos a cambio de absolutamente nada, y no solamente están perdiendo desarrollo, es que en las actuales circunstancias están ya en retroceso, con todo lo que ello implica, lo cual ya es aplicable a España. Y eso de que chinos, estadounidenses, indios y rusos se pongan de acuerdo para reducir su contaminación simplemente no va a suceder. Ni juntos ni por separado. No. En ninguna manera.
Concluyo. España no está haciedo absolutamente nada para que el clima cambie en nuestro planeta. Y, hagan los sacrificios que hagan los españoles, tampoco hará absolutamente nada contra el cambio climático. Porque los hechos demuestran que España no tiene ninguna influencia en el cambio climático, ni para producirlo ni para evitarlo. Haga lo que haga.
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