Yo tenía razón (perdón
por la falta de modestia): en España no es posible una normal alternancia política. Intento de golpe de Estado, corrupción y terrorismo de Estado,
11-M, hundimiento económico, corte de cabeza (político) de líder socialista, moción de censura socialista-comunista-filoterrorista-secesionista-nacionalista. Puede ser que se me quede algo en el tintero, pero es lo que ha habido en los cambios de gobierno en España.
Y, claro, ahora no va a ser diferente. Tras la derrota socialista en las autonómicas y municipales y la insistencia de las encuestas en una mayoría absoluta de PP+Vox Pedro Sánchez se resiste a salir por las buenas de La Moncloa, y para ello, tras convocar elecciones en medio del verano, para, con unos votantes de izquierda ya desmovilizados, desmovilizar también a los de derecha (ya han dicho antiguos líderes socialistas que convocar unas elecciones con la intención de favorecer la abstención es legal, pero éticamente antidemocrático), ha diseñado una campaña en la que las descalificaciones, la violencia verbal y los insultos por parte del PSOE, empezando por él mismo (convertido en un Pablo Iglesias más alto), serán la constante.
¿Qué puede hacer el PP ante ese escenario? La pregunta es saducea, porque si ignora las provocaciones, muchos electores pueden pensar que es porque son ciertas, mientras que si las responde, contraatacando, estará entrando al terreno en el que Sánchez quiere jugar.
¿Hay solución? Siempre la hay. Y es, como decía Julio Anguita, la del programa, programa, programa y, además, mención al pasado reciente socialista de forma pacífica. El PP tiene que mencionar constantemente los acuerdos del PSOE con comunistas, filoterroristas y secesionistas, y sus consecuencias (ley del sí es sí, ley trans, terroristas en las listas, eliminación de delitos a los secesionistas catalanes, y un largo etcétera que con toda seguridad ellos podrán rellenar). Pero lo anterior no será suficiente. El PP tiene que dejar claro cuál va a ser su programa de gobierno, qué leyes va a eliminar, por cuáles las va a sustituir y qué pretende hacer si llega a La Moncloa para que los ciudadanos españoles vivan mejor.
O el PP acierta en su modo de responder al violento desafío que Sánchez le está planteando (y que va a ir creciendo a medida que se vaya acercando la cita electoral) o de lo contrario se puede encontrar con que una sorpresa la noche del 23 de julio.
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