Ayer se cerró oficialmente la temporada de huracanes de este año. Las predicciones no podían ser más pesimistas. De 13 a 20 tormentas tropicales, de ellas entre 7 y 11 serían huracanes, y entre estos últimos entre 3 y 6 serían huracanes mayores. Vamos eso de "esto es el fin, vamos a morir todos".
Pues bien, parece que lo del cambio climático es cierto, pero en sentido inverso a lo que dicen los sabios de turno. Porque la temporada de huracanes no ha podido ser más pacífica. La mayoría de las tormentas tropicales se deshicieron en el Atlántico norte. Y si hablamos de huracanes, solamente tenemos dos, uno que se deshizo también en el norte del oceano y otro que tocó tierra con la categoría más baja.
Y es que esto de los que predicen desastres climatológicos es igual que los adivinos. Cuando aciertan se cuelgan todas las medallas. Cuando se equivocan desaparecen.
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