Voy encontrando cosas cada vez más vomitivas. En medio de mis búsquedas para mi texto El protocolo de la Iglesia Católica para los casos de pederastia: el secreto pontificio me encontré con esto:
Por si había dudas (EL PAÍS documentó certezas), el mismísimo Francisco confirmó hace un mes, en el avión de regreso a Roma desde Panamá, el episodio de encubrimiento más notorio. “El papa Benedicto tuvo todos los papeles sobre una organización religiosa que tenía corrupción en su interior, económica, sexual. Pero había filtros por los cuales no podía llegar al meollo. Con ganas de ver, hizo una reunión. Después, fue allí [a ver a Juan Pablo II] con todos sus papeles. Cuando volvió, dijo a su secretario: 'Archiva la carpeta, ganó el otro partido".
¿De quíen hablaba Francisco? Lean:
Francisco lo contó como “anécdota”. Resulta una categoría desastrosa. Los documentos se referían a los Legionarios de Cristo y a su fundador, Marcial Maciel.
¿Y quién era Marcial Maciel? Este (traducido).
Pues este canalla fue protegido activamente por "San" Juan Pablo II. ¿Y por qué? Por esto:
“No se castiga a un amigo del Papa”, justificaban. Efectivamente, Juan Pablo II consideraba “apóstol de la juventud” a Maciel, que, un lince también para los negocios (universidades, colegios, agencias…), solía colmar de dinero y regalos a la corte del Papa cuando el carismático fundador pasaba por Roma. Apenas muerto el papa polaco, Benedicto XVI desempolvó los documentos y mandó al crápula, que tenía también hijos con varias mujeres, de regreso a México con la orden de desaparecer.
Un canalla protegido activamente por un "santo", que se hace así completamente partícipe de sus canalladas.
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