Pero al día siguiente de dicha victoria (¡al día siguiente!) sale nada más y nada menos que la vicepresidenta primera del Gobierno a decir cosas como estas:
- Ayuso lleve al discurso los contenidos más radicales de la derecha.
- Para un socialista es difícil hablar de cañas, de ex y de berberechos.
- Ha consistido en cañas, en no encontrarte con tu ex, y en recibir abrelatas de berberechos.
- El discurso de ultraderecha de Madrid.
- A veces el fascismo aparece con la bandera de la libertad.
¿Esto es lo que tiene que ofrecer el Gobierno central a la clara victoria del PP en Madrid? ¿Radicalismo, descalificaciones, casi insultos? ¿Esa es la forma de rebajar la tensión, casi violenta (o sin el casi), que se ha instalado en la vida política española? ¡Por favor! Parece que a esta gente lo único que le interesenta es la confrontación pura y dura, el choque cuerpo a cuerpo. Y luego, claro, llegan las consecuencias. Para le gente de a pie, evidentemente, que no para ellos. Así están las cosas en España, y así me temo que van a seguir, por desgracia.
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