El domingo se cumplieron dos semanas desde que
recibí la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus. Y en mi trabajo ayer lunes fue mí
día de la libertad, ya que pude ejercer sin mascarilla, porque esa es la regla, que dos semanas después del segundo pinchazo el tapabocas ya es opcional. Así que, salvo en los lugares cerrados donde me la exijan, la mascarilla ya es historía para mí. Por fin. ¡Bien!
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