Iba a escribir un largo artículo sobre la salida de España de este sujeto, pero creo que no merece la pena. Ya detallé los once delitos de los que se le acusa y las cinco causas judiciales abiertas de este elemento en España; también mi incompresión de la negativa del juez a imponerle medidas cautelares.
Pues bien, se ha escapado. ¿Escapado digo? Para nada. Los poderes Ejecutivo y Judicial de España han colaborado activamente para que un individuo de semejante catadura haya partido hacia Argelia.
¿Qué puedo decir ante ello? Lo del título: que siento asco; pero mucho, mucho asco.
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