Primero fue una revelación de periodismo de investigación que informaba que el secesionismo catalán fue espiado. Y el Gobierno central, en vez de pasar del tema, como sería lo normal, dice que ellos también fueron espiados, Pedro Sánchez y Margarita Robles, pensando que esparciendo tinta el asunto pasaría. Pero, claro, no pasó. Porque el secesionismo se sintió traicionado.
Entonces se les ocurrió la mayor estupidez del mundo (o no, porque pueden batir el record en otro momento, que de estos se puede esperar cualquier cosa). Reconocer que habían espiado al secesionismo catalán, incluyendo al presidente catalán, por ser una "amenaza" para el Estado, pero con orden judicial. Yo no daba crédito cuando lo leí. ¡Cómo un Gobierno puede ser tan estúpido para reconocer un espionaje! Pues sí, ya ven. Y los secesionistas catalanes están que se suben por las paredes.
Yo personalmente me estoy divirtiendo a lo grande con todo este sainete. Por una vez estoy de acuerdo con el PNV cuando afirma que aún queda tela que cortar. Y espectáculo para reírse.
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