Evidentemente todas las fotos del cartel de la campaña del ministerio
de Irene Montero fueron robadas. Pero lo que es aún mucho peor es que hubo cuerpos alterados. Ayer escribía en singular, hoy me veo obligado a hacerlo en plural, porque el cuerpo de otro modelo, que sufrió una doble mastectomía, aparece con un pecho en el cartel de marras.
O sea, que ya tenemos que al menos dos cuerpos de mujeres fueron alterados. Aparentemente el fin justifica los medios para esta gente. ¿Esto es respetar a las mujeres?
Por cierto, la directora del Instituto de las Mujeres, Toni Morillas, ha dado unas explicaciones subrealistas (en política no se piden disculpas, se dimite). Mientras tanto, la ministra Irene Montero sigue calladita, calladita.
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