La eliminación del delito de sedición y la reforma del de malversación siguen su curso esperado. La idea de Pedro Sánchez es aprobar ambas antes de que acabe el año y el Congreso se cierre durante enero, para alejar dichas aprobaciones lo más posible de las elecciones autonómicas y municipales de mayo, ya que sabe que son totalmente impopulares.
Lo único que podría llevarlas a febrero (o al menos intentarlo, porque ya sabemos que a Sánchez las formas le traen sin cuidado y que controla por completo la Presidencia del Congreso a través de Meritxell Batet, que es una mera mandá de Su Sanchidad) sería una moción de censura. Ciudadanos quiere presentarla, pero no tiene los suficientes diputados para hacerlo. El PP sí tiene esa cantidad de asientos, pero ya ha anunciado que no la presentará. El único que habla de presentarla y tiene los escaños necesarios es Vox.
Santiago Abascal ya anunció hace casi año y medio que iba a presentar una moción de censura... y luego parece que sufrió algún tipo de amnesia y olvidó el tema. Ahora parece que ha recuperado la memoria y vuelve a nombrar el tema.
Ya aquella vez le creí sobre esta cuestión. Ahora también le creo. Porque la situación es mucho más grave que entonces, porque es la única manera de intentar retrasar estas locuras legislativas y que la cuesten más electoralmente al PP, y porque para Vox es una manera de conseguir el foco y a la vez de obligar a este nuevo PP de Feijóo a retratarse.
Tanto si la presenta como si no es la hora de la verdad de la moción de censura de Vox. Ahora o nunca. Repito, yo pienso que la va a presentar. Espero no equivocarme, como la otra vez.
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