En el PSOE admiten internamente que la crisis generada por la dimisión de Pedro Sánchez y la decisión de abstenerse en la investidura promovida por la gestora va a pasar factura electoral al partido. Felipe González analizó la situación con Javier Fernández y le pidió que asumiera todas las consecuencias para evitar que Susana Díaz, “el futuro del partido”, se queme aún más frente al electorado y la militancia.
Felipe González se ha convertido en el nuevo gurú del PSOE en esta su etapa pepera. Y ya saben que los costes no van a ser pocos. Tenían un líder completamente quemado, Pedro Sánchez, al que solo tenían que haberle propuesto que fuese a las terceras elecciones en lugar de encabezar el "gobierno Franquestein" para que fuese él quien se llevase todo el palo. Y ahora van a quemar (¿quemar? ¡qué digo! más bien abrasar) al siguiente. Aunque tal y como están las cosas no es descartable que el siguiente sea el anterior, o sea, Pedro Sánchez de nuevo, tras una victoria en las primarias socialistas a la Secretaria General del partido. En este PSOE ya todo es posible. Y también es posible que se la pegue (incluso aún más que ahora) y no se vaya, porque le eche la culpa al desastre actual. De circo (malo)... o de comedia (también mala)... no lo sé.
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