Dos catedráticos de derecho constitucional, Jorge de Esteban y Antonio Torres del Moral discurren con sesudas disquisiciones sobre si es mejor la libertad de voto de los diputados, la disciplina o el mediopensionismo. A mí, que no soy un experto en la materia ni mucho menos, la verdad es que me parece una discusión bastante bizantina. En España los partidos políticos son los que cortan el bacalao, y el que se mueve no sale en la foto y punto. La gente vota a una lista y de sus nombres normalmente no conoce a nadie, salvo al líder del partido y si acaso a dos o tres cargos importantes.
¿Y la solución? Pues a mi modo de ver solamente hay una, y es bastante fácil. Circunscripciones individuales. Si España tiene cuarenta millones de habitantes (por redondear) y se eleva el número de dipitados a cuatrocientos, se divide el país en áreas de cien mil habitantes y en cada zona se elige un diputado. Y ese diputado, sea quien sea, será responsable ante sus electores. Si lo hace bien y vota conforme a la voluntad de quienes le han elegido y en contra de su partido, el partido podría sustituirle, sí, pero él podría presentarse como independiente y renovar la plaza. Además de que dicho sistema aseguraría una mayor estabilidad gubernamental, en el caso de que el Congreso siguiera elegiendo al Presidente del Gobierno (lo que a mí me parece una barbaridad, porque va en contra de la separación de poderes y de la democracia misma, por lo que el Presidente debería ser elegido en votación directa a doble vuelta -sistema francés- por los electores, pero ese es otro tema).
El sistema político español está basado completamente en los partidos políticos, lo que hace imposible, por ejemplo, que alguien de reconocido prestigio político pueda llegar a ser diputado yendo de por libre.
La democracia española (que yo en muchísimas ocasiones he llamado partidocracia) es claramente una democracia muy imperfecta, porque en realidad los votantes están imposibilitados para tomar decisiones políticas de forma directa (salvo en el caso del referéndum, tema que es evidente que ha sido aparcado por el sistema).
En fin, que no hay muchas esperanzas de cambio. Más bien ninguna. Si acaso algún tipo de parcheo (como el que está promoviendo Ciudadanos) y poco más. Mientras los ciudadanos españoles no se pongan en pie para reclamar sus derechos, votando a algún partido que verdaderamente defienda la libertad, la verdadera regeneración democrática es imposible. Y para ello sería necesario que hubiera ciudadanos españoles (y no meramente votantes) y algún partido que defendiera verdaderamente la libertad de forma creíble. Y por ahora no veo ni lo uno ni lo otro por ninguna parte.
Es tiene que lo que tenemos en España es más una partitocracia que una democracia, pero la elección sol gobierno por el parlamento es lo que ocurre en países tan democráticos como el Reino Unido, donde sí hay distritos uninominales.
ResponderEliminarPara la elección del gobierno, yo me inclino más por el sistema suizo
Suiza tiene una cultura democrática que está a años luz de España.
EliminarReino Unido es una excepción donde la democracia funciona casi sin reglas (ni tiene Constitución, y para la sustitución de David Cameron por Theresa May ni tan siquiera votó el Parlamento).
Entre el sistema francés y el británico, me quedo con el francés. Pero entre el británico y el español, me quedo con el británico, por supuesto.
No te sientas obligado a contestar mis comentarios...
EliminarNo me siento obligado. Intento contestar todos los comentarios que me parecen interesantes.
Eliminar