Resulta que cuando un Presidente de Estados Unidos dice que va a tomar parte por éste o aquel bando en una guerra, automáticamente se la tacha de intervencionista, de sheriff del mundo y cosas por el estilo.
Pero cuando llega Trump y dice que es hora de que Estados Unidos se preocupe por sus propios asuntos y de que los demás hagan lo mismo, entonces se le acusa de aislacionista, de no tener visión internacional y tal y tal.
Y a mí, ¿qué queréis que os diga?, ante tanta mamarrachada antiamericana haga lo que haga Estados Unidos (palo si bogas y palo si no bogas), me entra la risa.
Ya lo describió Revel en su "Obsesión antiamericana",libro que tiene vigencia,porque la estupidez nunca pasa de moda.
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