Una barbaridad judicial y policial (otra más) que no debió pasar y que no puede volver a pasar

El imán asesino líder del grupo terrorista islámico tenía una orden de expulsión de España que un juez anuló. La orden, si el juez no se hubiera metido de por medio, debió ser ejecutada a su salida de prisión, en la que estuvo por intentar meter en España 120 kilos de droga, algo que al susodicho juez no le pareció suficientemente importante.

Lo anterior, se mire como se mire, es una auténtica barbaridad judicial (otra más de las muchas que suceden en España). Algo que simplemente no debió pasar y que, además, no debe volver a pasar jamás. Las autoridades deben poner los medios para que todos los extranjeros condenados por cualquier delito sea expulsados automáticamente de España tras el cumplimiento de su condena.

Pero es que a nivel policial no se quedan atrás. Y es que cada vez está más clara la negiglencia de la policía catalana, a la cual se dirigió la policía belga ppreguntando por el miserable imán, y nadie cayó en el detalle de someterle a control. Pero claro, lo políticamente correcto es decir que los Mossos han hecho un trabajo excelente, cuando cada vez se descubren más cosas que apuntan a que el trabajo ha sido más bien lamentable (incñuido el hecho de que no descubrieron que la explosión en la casa era por explosivos hasta después del atentado en Barcelona, y que tuvieron casi 24 horas al herido en dicha explosión sin interrogar).

No queda muy bien decirlo, pero la realidad de que con mejores medidas judiciales y policiales se evitarían determinados atentados islámicos, como por ejemplo éste, se impone por completo. Tozuda que es la realidad contra la corrección política.