La pregunta, brutal, como nos lo contaba en su día LD, se la lanzó José María Setién, obispo de San Sebastián, a María San Gil en la época en que ETA asesinaba a mansalva. Aparentemente este sujeto quería más a los etarras asesinos que a las víctimas asesinadas por ellos. ¿Se puede ser
más miserable?
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