Se sabía. Maduro finalizó su plan que lleva en proceso desde que perdió las elecciones legislativas de 2015. Se cargó el referémdun revocatorio que debió llevarse a cabo en 2016. Luego se sacó de la manga una asamblea constituyente en 2017 que de hecho eliminó la Asamblea Nacional, que controlaba la oposición. Después vendrían las elecciones regionales y las muncipales, ese mismo año, con gravísimas irregularidades. Y ayer, en las elecciones presidenciales, dio un pucherazo de libro.
Ya controla, y a largo plazo, por completo el Ejecutivo (estatal, regional y municipal), el Legislativo (en las mismas áreas que el anterior) y el Judicial. Vamos, comunismo puro
y duro.
Lo siento por los que siempre se opusieron. Pero para nada por los que votaron por este comunismo desde el principio, vez tras vez, cuando se veía claramente que lo era. Porque estamos viendo en la práctica, a día de hoy, lo que tiene el comunismo. Utiliza la democracia y sus reglas para intentar llegar al poder y cuando finalmente lo consigue se carga por completo esa democracia y esas reglas para quedarse en el poder. ¿Aprenderemos la lección?
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