La frase me pareció muy dura cuando la escuché, hace muchos años. Pero es que hace un par de días quienes se encargaron de
demostrar la veracidad del dicho fueron nada más y nada menos que Pablo Iglesias e Irene Montero. Y es que en cuanto han podido se han
aislado en un chalet de lujo sin vecinos, como cualquier vulgar burgués. Comunistas, pues eso, cuando no podían ser otra cosa.
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