Tiendo a desconfiar del idealismo humano en general y del idealismo izquierdista en particular. Por eso me parecía todo lo del Open Armas demasiado idealista, demasiado limpio, demasiado puro. Demasiado.
Sí, demasiado. Resulta que el jefe de la cosa, Óscar Camps, es un sujeto orgulloso y prepotente, qjue no duda en practicar flagramtes ielgalidades con sus propios trabajadores.
A lo anterior hay que que añadir los insistentes rumores de la relación del Open Arms con las mafias de tráfico de personas de Africa a Europa, llegando a cobrar dinero de esas mafias.
Lo que no es un rumor es la investigación que Italia hizo a esta organización en el pasado por ilegalidades relacionadas con el tráfico de personas, si bien es verdad que al final no fue condenada.
Si a todo lo demás le sumamos que la izquierda mundial en general y la izquierda española muy en particular aplican el dicho de que el fin justifica los medios, nos encontramos con un sujeto, el tal Óscar Camps, director de la ONG Proactiva Open Arms (que es propietaria del barco Open Arms), que no duda en ser un explotador de sus trabajadores. ¿Y vamos a confiar en que ese explotador laboral se va a convertir en limpio y puro a la hora de tratar con el tráfico de seres humanos? Yo, por lo menos, no. Para nada.
Le he escuchado por la radio, y me parece un elemento de esos que no se detienen ante nada con tal de conseguir sus objetivos. Incluso tratar con las mafias de tráfico de personas. Porque de lo que estoy completamente seguro es de que ese tal Óscar Camps de idealista, limpio y puro no tiene nada. Absolutamente nada.
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