Cuando Pedro Sánchez ganó como ganó la moción de censura di por él muy poco. Me equivoqué y ganó las elecciones (victoria relativa, ciertamente, pero victoria al fin y al cabo). ¿Cómo los votantes españoles podían apoyar a un mentiroso, hipócrita, manipulador, ególatra, altivo, prepotente, y un largo etcétera de adjetivos negativos? ¿Como esos votantes españoles podían apoyar a alguien dispuesto a llegar y mantenerse en el poder a cualquier precio? ¿Cómo podían votar, en resumen, a alguien sin ideología y sin escrúpulos? La respuesta a esas preguntas simplemente se me escapaba.
Hasta hace unos días, cuando leí una entrevista a Nicolas Sartorius de la que me hice eco por aquí. Concretamente estas palabras, como parte de una pregunta:
Ya dijo Maquiavello que "quien engañe, encontrará siempre quien se deje engañar, todos verán lo que aparenta y pocos lo que es".
Y de pronto lo entendí, de golpe y porrazo. Pedro Sánchez engaña, de una forma burda, pero engaña. Y una gran parte de los votantes españoles se dejan engañar. Esa parte simplemente ven lo que Pedro Sánchez aparenta y no lo que es. ¿Por qué? Supongo que porque estamos hablando de gente víctima de la LOGSE, que no tienen capacidad de discernimiento real y que, al menos en lo que a la política se refiere, son auténticos analfabetos funcionales.
Estamos ante la versión española del rey desnudo. Aunque en este caso es el propio rey, Pedro Sánchez, conocedor de su desnudez, el que intenta convecer al pueblo de que va vestido. Y vaya si lo consigue.
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