miércoles, 20 de noviembre de 2019

El dilema de ERC y de Casado

La investidura de Pedro Sánchez está en manos de ERC. Esto se ve claramente si contamos los noes. Vamos con los que están en contra de Sánchez por unas u otras razones: PP (89), Vox (52), Cs (10), JxCat (8), CUP (2) y NA+ (2) suman 163. Y si a esos se añaden los 13 de ERC llegamos a 176. Repito, Sánchez está en manos de ERC. Ni más ni menos. Y el problema de ERC es que en ese grupo de los noes están los otros dos partidos independentistas catalanes, JxCat y CUP. Por eso ERC intentó que hubiera una posición unificada de los tres grupos. Pero a JxCat le faltó tiempo para rechazar esa posibilidad y decir que ellos rechazan tajantemente a Pedro Sánchez.

Llegados a este punto hay que señalar que en ERC están locos por apoyar a Pedro Sánchez. Y lo están porque el plan es claro: investidura de Pedro Sánchez, indultos a los políticos presos, convocatoria de elecciones autonómicas en Cataluña, presentación de Junqueras como candidato por ERC, victoria de Junqueras y de ERC, investidura de Junqueras como Presidente de cataluña con los votos de ERC, PSC y Comuns, JxCat al cuerno por una buena temporada.

Pero claro, eso lo saben perfectamente en JxCat. Y no les hace la menor gracia. Por lo tanto van a hacer lo posible y lo imposible para que ERC no pueda llevar a la práctica ese plan. Y evindentemente si ERC apoya a Sánchez las van a acusar de traidores. Por no decir que Torra podría perfectamente convocar elecciones catalanas el día siguiente a la investidura de Sánchez, con lo que la traición de ERC sería el centro de la campaña. En esas condiciones muchos votantes de ERC se pasarían a los otros dos partidos, particularmente a JxCat. Y la victoria de ERC se quedaría una vez más en un sueño no hecho realidad.

¿Se va a jugar ERC su previsible victoria en las elecciones catalanas por apoyar a Pedro Sánchez? No lo sé. Ese es el dilema de ERC. Pero hoy por hoy lo veo muy difícil.

Y si ERC finalmente decide no apoyar a Sánchez, llegaremos al dilema de Pablo Casado. Porque el PP de Casado en esas condiciones sería el único que podría hacer Presidente a Sánchez. Y las presiones que tendría (que ya está teniendo) son inmensas. Sobre todo del poder económico, que como dije en otro texto está viéndose obligado a hacer sus reuniones en la sala más cercana a los cuertos de baño, por las consecuencias físicas que les provoca el pacto socialista-comunista. Pero también de pesos pesados del mismo PP, líderados por Nuñez Feijóo.

Pero, por muchas razones de Estado que el PP pueda esgrimir para ese apoyo a Sánchez, la realidad política es solamente una. Si Pablo Casado se decide a facilitar la investidura de Sánchez está liquidado políticamente. Y es que lisa y llanamente en las próximas elecciones generales los números de PP y Vox se intercambiarían, después de una legislatura en la que Abascal destinaría sus intervenciones a dar caña a Casado y a Sánchez a partes iguales.

¿Se va a arriesgar Pablo Casado a una pronta muerte política por dar estabilidad a España apoyando a Sánchez? Tampoco lo se. Porque ese es también el dilema de Casado. Pero ahora mismo lo veo casi imposible.

Y si sumamos los dos dilemas, el de ERC y el de Casado, y si los dos se deciden por la lógica electoral, tendríamos la posibilidad (¿probabilidad?) de unas terceras elecciones. ¿Política-ficción? Es posible. O no.

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