Ayer os decía yo que por los ochenta los ecologistas nos contaban que era el daño a la capa de ozono la prueba incuestionable de que ibamos a morir todos. Ahora, con la capa de ozono gozando de buena salud, esos mismos ecologistas culpan de que vayamos a morir todos al aumento de las emisiones de dióxido de carbono por parte del ser humano.
Parece que han aprendido algo del error de entonces y ahora se agarran a algo que pueden demostrar fácilmente, con gráficos y demás, que es el hecho de que efectivamente las emisiones de dióxido de carbono por parte del ser humano han aumentado y siguen esa tendencia, por el efecto del desarrollo económico.
Pero la cuestión no es si esas emisiones de dióxido de carbono por parte del ser humano han aumentado (lo cual es cierto), sino si ese aumento es dañino para el planeta.
En este punto hay de mencionar el importante hecho de que el ser humano no es ni de lejos el principal emisor de dióxido de carbono. Leamos esto:
Un sitio denominado skepticalscience explica que “Los océanos contienen 37,4 billones de toneladas (37.400 GT) de carbono en suspensión, la biomasa terrestre tiene 2.000-3.000 GT. La atmósfera contiene 720.000 millones de toneladas de CO2 y el ser humano contribuye con sólo 6 GT. Los océanos, la tierra y la atmósfera intercambian CO2 continuamente, de modo que la carga adicional de los humanos es increíblemente pequeña. Un pequeño cambio en el balance entre océanos y aire causaría un aumento mucho más fuerte que cualquiera que nosotros podríamos producir”.
Creo que los números son claros. El aumento de las emisiones de dióxido de carbono por parte del ser humano podriamos compararlo con el hecho de echar en el mar dos cubos de agua en vez de uno. Y la estupidez de los ecologistas con que alguien viniera a decirnos que por culpa de esos cubos de agua en el mar el nivel del mar iba a subir e ibamos a morir todos.
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