Tras la renuncia de Albert Rivera como presidente de Ciudadanos Inés Arrimadas por unos días prefirió rehuir a la prensa, supongo que poque estaba meditando la decisión a tomar, ya que el asunto la pilló de sorpresa, tanto el desastre electoral como la dimisión del líder naranja.
Hace unos días concedió una entrevista y dejó claro que piensa dar el paso de liderar, si bien lo hará en tiempo y forma, respetando los plazos y las maneras que marcan los estatutos del partido.
Los que me siguen en este pequeño rincón me habrán leído que si hay alguna persona en la política con algún valor (de lo cual no estoy seguro) esa persona es Inés Arrimadas, y si alguien puede salvar a Ciudadanos de su actual estado de postración (de lo cual tampoco estoy seguro) igualmente es Inés Arrimadas. Las afirmaciones viene de que la jerezana me parece, tal vez, lo único que se pueda salvar de la política española, y las dudas entre paréntesis de mi desconfianza, como liberal, de todos los políticos en general.
Pero que nadie lance los fuegos artificiales antes de tiempo. El camino va a ser largo y lleno de dificultades. Tiempo habrá de entrar en detalles. Por lo pronto hay que empezar por señalar que la Inés Arrimadas que entusiasmaba a las multitudes, azote de Torra, que hacía que el desequilibrado independentista pusiera una cara de querer desaparecer, esa Inés Arrimadas ha muerto políticamente o va a morir muy pronto, y en su lugar deberá nacer otra Inés Arrimadas, centrada, con capacidad de gestión para recuperar un partido actualmente hecho unos zorros, mujer de Estado, con un discurso duro pero sin pasarse (y que no incurra sobre todo en el error de Rivera de los últimos tiempos de la sobreactuación), con el cual pueda llegado el momento pactar desde un posicionamiento centrista y, espero, liberal.
¿Van a aceptar sus fans ese cambio? ¿Va a conquistar Arrimadas nuevas multitudes? ¿Va a saber Inés desempeñar su nuevo papel sin anular su personalidad? Son preguntas difíciles de responder. Madrid no es Barcelona, el Congreso de los Diputados no es el Parlamento de Cataluña, la política nacional no es la política catalana y liderar un partido destruido no es lo mismo que ser la número dos en un partido en alza.
El desafío es enorme. Espero que Inés Arrimadas esté a la altura de las circunstancias y consiga el éxito. Por el bien de Ciudadanos. Pero sobre todo por el bien de España.
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