Básicamente todo va a seguir igual en Galicia y en el País Vasco tras los resultados de las elecciones autonómicas de ayer.
Aunque hay algunas buenas noticias. La primera, el trompazo que se ha pegado Podemos, que desparece del parlamento gallego (tenía, ojo al dato, 14 escaños y era la segunda fuerza política) y ve reducida a prácticamente la mitad su representación en el País Vasco (ojo al dato también: en las elecciones generales de 2016 Podemos fue la primera fuerza con 333.000 votos, ese año en las autonómicas vascas le apoyaron 157.000 votantes, mientras que ayer cosechó 71.000 votos). Y la segunda, que Vox ha conseguido entrar en el Parlamento Vasco, con un escaño por Alava; mis opiniones de dicho partido son conocidas, pero no estará de más escuchar su voz allí.
Las malas noticias también son dos. La primera, que el nacionalismo arrasa en el País Vasco. La segunda, el trompazo en dicha comunidad de la coalición PP+Cs (se deja la mitad de los votos).
Por lo demás, Feijóo seguirá gobernando en Galicia con su cómoda mayoría absoluta y Urkullo muy probablemente igual apoyado de nuevo en un Gobierno de coalición con el PSE.
Esperemos que lo del País Vasco y Galicia sirva a Podemos y al PSOE para hacerles ver que sus políticas no les benefician en esas regiones a ellos, sino a los partidos independentistas, en su propio detrimento.
ResponderEliminarEl PSOE salvó los muebles y la idea de Sánchez es ir aguantando. Lo de Podemos es otra historia, están en caída libre y bastante tienen con conseguir sobrevivir a nivel nacional.
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