Ya había escrito y programado mi texto cuando leí de la guerra de Teodoro García Egea, con el apoyo de Pablo Casado, contra Cayetana Alvarez de Toledo, que vino a confirmar punto por punto lo que yo pensaba de la incompetencia del segundo y la toxicidad del primero.
Unos payasos que no le llegan a Cayetana ni al tobillo permitiéndose guerrear contra ella. A esto ha llegado la partidocracia española. Aunque, bueno, ya Alfonso Guerra dijo aquello de el que se mueve no sale en la foto. Y parece que estos niñatos y chiquilicuatres, especialmente García Egea, son seguidores de esa dictadura dentro del partido.
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