Mucho se ha dicho y más
se ha escrito sobre la llamada solución de dos estados para Israel y Palestina. Yo en su día la defendí. Hoy me parece una auténtica quimera. Y como ejemplo ahí está la Franja
de Gaza. Israel se retiró de la misma de forma unilateral, para que sus habitantes lo único que consiguieran es convertir la zona en un auténtico estado terrorista. Supongo que, aprendiendo del error, Israel no ha hecho lo mismo con la zona palestina de Cisjordania.
Pero es evidente que esta situación no puede permanecer así indefinidamente. Por ello lo más práctico sería que Gaza pasara a ser un área desmilitarizada bajo la autoridad de Egipto. Y Cisjordania lo mismo de Jordania. Si se llegara a ese acuerdo a cinco bandas (Israel, Gaza, Egipto, Cisjordania y Jordania) estoy completamente convencido de que la ONU, la Unión Europea y Estados Unidos pondrían un chorro de millones de dólares para el desarrollo de las dos áreas palestinas. Que, con una buena administración, se convertirían probablemente en zonas tal vez no ricas, pero sí de una vida muy aceptable.
Y esa es la clave, la buena administración. Porque mientras Gaza se gaste millones y millones de dólares en atacar a Israel y Cisjordania en corrupción y en promover el odio a este país (porque lo de Gaza no puede, dicho sea de paso) los palestinos nunca van a llegar a ningún sitio. Bueno, sí, a padecer mayor pobreza cada día. Por su propia culpa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.