Me llamó la atención la coloquial exclamación de cariño de una señora
hacia la familia más cercana de la reina Letizia (ella, su marido y sus hijas). Parece que el enorme equipo de asesores del que goza la llamada Casa Real está dando sus frutos.
Lejos quedan los tiempos en que Felipe se enfrentó de forma chulesca a una chica que le dijo que ella no había votado la Constitución o el enfrentamiento en público de Letizia con su suegra. Ahora todo son comportamientos modositos en público. Hay que mantener el privilegio familiar. Hay que conseguir que el teatro real (nunca mejor dicho) se mantenga para que siga adelante el chiringuito mejor pagado de España.
Y parece que les está dando resultado. Siempre hay que gente, incluso mucha gente, que como esta señora están dispuestos a creerse que lo que ven en el escenario es la realidad. La función debe continuar.
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