Vi con mis propios ojos lo visible y lo otro me lo contaron las gentes del lugar. No trabajaban en ningún momento, teniendo que ser la mujer la que salía a trabajar para mantener la prole. Lo único que les interesaba cuando se levantaban era beber alguna bebida alcohólica lo más barata posible hasta emborracharse. Y después irse a casa, a violar a la mujer. O a la hija cuando la mujer envejecía y la hija desarrollaba.
Claro, no eran todos. Había otros que trabajaban, no se emborrachaban, tenían sexo consentido con su esposa y respetaban a sus hijas.
Los del primer párrafo tal vez no eran la mayoría (o sí, no estoy seguro). Pero (a ojo, claro) el porcentaje era muchísimo mayor que lo que yo había visto en España, de eso estoy completamente seguro. Porque era una realidad social, algo arraigado en su sociedad. ¿Que suena feo? Por supuesto. Pero es lo que yo vi y escuché de primera mano. Es la verdad, aunque duela.
Y ahora están llegando a España en multitud, porque les habéis abierto las puertas del país de par en par. Vosotros sabréis. O no.
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