Tengo muchas dudas respecto a la pena de muerte, pero de lo que no tengo la menor duda es de que en esta caso, como en todos, son los ciudadanos los que deben decidir. Por ello cuando Marine Le Pen propone un referendum para que sean los ciudadanos franceses y no los politicos franceses los que decidan sobre la idoneidad o no de instaurar la pena de muerte tiene toda la razón.
En Francia y en casi todos los países de Europa se les está hurtando a los ciudadanos la capacidad de tomar decisiones, que son tomadas por los politicos profesionales, y ello está produciendo que sean partidos extremistas, normalmente de extrema derecha, los que levantan esas banderas. Pero, sea que la diga Agamenón o su porquero, la verdad es la verdad. Y en este caso Marine Le Pen tiene toda la razón. La última palabra la deben tener los ciudadanos, franceses en este caso.
¡Qué barbaridad!
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