martes, 7 de enero de 2020

Cambio climático y contaminación

Cuando hablamos de contaminación nos encontramos con dos posiciones extremas. Por un lado están los defensores de un cambio climático desastroso producido por el ser humano, que nos dirán que la contaminación produce dicho cambio climático, por efecto del cual vamos a morir todos en poco tiempo. En el extremo opuesto observamos a los que niegan que el cambio climático sea producto del ser humano (entre los que me cuento) y que a la vez dicen que, por lo tanto, podemos contaminar todo lo que nos venga en gana.

Esa segunda parte del segundo grupo (que podemos contaminar todo lo que nos venga en gana) es la que no comparto en absoluto. Es evidente que una contaminación descontrolada en determinadas grandes ciudades está afectando a la salud de sus habitantes. Hace trece años ya escribí sobre el tema (uno y dos) y hace alrededor de un mes enlacé un articulo sobre el tema

No solamente la contaminación directa en las grandes ciudades, sino la indirecta, con vertidos descontrolados en ríos y mares o desechos que pueden tardar cientos años en desparecer (plástico, por ejemplo) que acaban allí. Son daños que estamos haciendo no al planeta (que también, aunque tenga fuerza para asumirlos), sino sobre todo a nosotros mismos, que a corto o largo plazo lo acabamos pagando en forma de enfermedades perfectamente evitables.

La contaminación en el planeta, reducida a un simple ejemplo, sería como pretender que no limpiar una casa, sino tirar basuras por todos lados, no va a tener consecuencias. La casa se mantendrá en pie, sin duda, pero los que la habitan tendrán la incomodidad de convivir con la suciedad y la basura acumuladas y, lo que es peor, las consecuencias de enfermedades producto de ello, también sin duda.

Pues con el tema de la contaminación es lo que está sucediendo. No va a afectar de esa forma tremendista con la que nos amenazan al planeta, que se mantendrá en pie como lo conocemos hoy. Pero si nos afecta y nos afectará a nosotros, en forma de incomodidad y enfermedades, en algunos casos mortales, como el aumento de determinados tipos de cáncer a los que padecen de forma directa la contaminación.

¿Se debe hacer algo para poner coto a esa contaminación? Evidentemente. Pero hay que hacerlo de una forma equilibrada, no poniendo en riesgo el desarrollo económico. Y mirando el bienestar de los habitantes de esas ciudades y zonas geográficas (hablando de, por ejemplo, vértidos). Y dejando que cada cual haga lo mismo.

Recordando que las mayores ciudades contaminantes no están en países occidentales, sino en vías de desarrollo, y que son los habitantes de esas ciudades los que sufren y sufrirán sus consecuencias.

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