Y la obligación de parir. Esa sola frase me llamó la atención poderosamente (dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno). La pude leer en un comentario a mi texto Derecho a vivir.
La pregunta que lleva implícita creo que es la siguiente: ¿Es lícito obligar a una mujer embarazada a que finalice dicho embarazo en vez de quitar la vida al ser humano que lleva en su interior si lo que desea es lo segundo?
Creo que para encontrar la respuesta correcta debemos asumir que nos enfrentamos a una figura jurídica que, sin ser yo abogado, creo que se llama "colisión de derechos". Es lo que sucede cuando los derechos de dos personas se enfrentan entre sí, y es imposible que ambas los hagan valer, ya que por obligación el que uno lleve su derecho a la práctica implicará que el otro no lo haga. Por poner un ejemplo muy simple, si mi vecino quiere oír música a todo tren a las 2 de la madrugada y yo quiero dormir a esa hora, uno de los dos no podrá salirse con la suya; o él deja de oír la música a toda mecha y modera el volumen, o yo no podré dormir. Es evidente que mi derecho a dormir quedará por encima del suyo a escuchar la música en elevado tono, por lo que deberá bajarla.
Llevado al asunto del embarazo no deseado (por las razones que sean), si partimos de la base de que el derecho fundamental de todo ser humano es el derecho a la vida (que impide a otro matarle), seguido muy de cerca por el derecho a la integridad física (que impide que otro le haga daño, como hacerle pedazos), llegaremos a la conclusión de que el derecho a la vida del no nacido debe prevalecer sobre el derecho de la embarazada a hacer con su cuerpo y vida lo que le dé la gana. Y es que si el derecho a la vida del no nacido se respeta, la embarazada, tras un máximo de siete u ocho meses desde que tuvo conocimiento de su estado, podrá hacer con su cuerpo y vida lo que le apetezca; mientras que si es el derecho a la libre decisión de la embarazada el que prevalece, el no nacido nunca podrá ejercer ningún derecho, ya que será muerto por troceamiento o succión.
¿Obligación de parir? Se puede simplificar la cosa así, pero en realidad la obligación es a no matar a otro ser humano.
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