La guardia de prisión y el asesino se habían escapado juntos en algo que me pareció una chapuza. Y, claro, los encontraron. Los persiguieron. Chocaron.
Y ella se suicidó y él se entregó.
Me quedo sin palabras. Como dije, ella tenía una jubilación dorada con casa propia completamente pagada. Y todo lo tiró por la borda para fugarse con un asesino. Y la cosa acabó mal, muy mal.
En aquel texto escribí:
Y si los capturan (y lo más probable es que así sea) ella habrá cambiado una jubilación dorada con casa completamente pagada por pasar toda o casi toda su vida en prisión, algo para lo que, por su ejemplaridad, no está mentalmente preparada, y que la llevará a la amargura más atroz o incluso al suicidio.
Lamento haber tenido razón en el peor de los supuestos tan solo cinco días después.
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