Ya todos conocen la noticia. Un sujeto alquiló una habitación en el piso 32 de un hotel frente a una celebración musical y la emprendió a tiros contra los espectadores de la misma, con el terrible resultado de 58 víctimas mortales y 527 heridos (entre los de bala y atropello en la huida); después se suicidó, momentos antes de que los SWAT entraran en la habitación.
He esperado hasta ahora para escribir sobre el tema porque quería conocer las motivaciones del asesino. Pero no aparecen.
El Estado Islámico se ha apuntado la autoría, pero no parece creíble. Tal vez fuera solamente (es un decir) un amargado que quiso irse de esta vida sabiendo que su nombre y su foto aparecería en todos los medios.
Poco más puedo decir que lamentar profundamente el espantoso hecho. Veremos si en algún momento podemos saber las motivaciones del asesino.
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