Ante el cada vez más evidente cambio de bando de Pedro Sánchez, Mariano Rajoy ha puesto sus palabras en la boca y la imagen del rey, para intentar que la cabra socialista cambie de rumbo. Me temo que el esfuerzo será en vano. Ya sabemos que la cabra tira al monte, y en este caso ese monte es más bien un palacio, el de La Moncloa, al que Pedro Sánchez está dispuesto a llegar como sea.
Pero, volviendo a las palabras del marido de la republicana, no es que yo esté en desacuerdo con ellas. Para nada. Han sido de lo más acertadas. Incluso la puesta en escena, con ese ordenador portatil abierto a su derecha, como símbolo de lo modelno que es el monarca, así con esa cara de asustao, para dejar ver que el momento es grave. Y evidentemente tiene que haber sido un mal trago para este hombre tener que dar la cara, porque, en cuestiones políticas, al lado de él hasta el mismo Rajoy se puede considerar hiperactivo.
Por cierto, hablando de Rajoy, supongo que habrá sacado a pasear al rey ante la gravedad de las decisiones que, se supone, ya debe tener en mente. Decisiones para las que necesita el apoyo del líder socialista. Un líder socialista que no parece que esté muy por la labor (¿se puede ser más miserable que presentando una reprobación contra Soraya Saenz de Santamaría en estos momentos para debilitar (más aún) al Gobierno y unirse a votar junto a secesionistas y filoterroristas con coleta? probablemente sí, se puede ser más miserable, y es posible que Sánchez se encargue de demostralo).
Pero bueno, el discurso del rey tal vez haya servido para algo. Puede ser que, en un país tan dado al espectáculo como España, algunos socialistas que andaban dudosos se suban al carro de la legalidad, y que algunos pasotas de la política dejen de serlo y a partir de este momento apoyen al Gobierno ante los difíciles momentos que le esperan.
El rey ha hecho, sin duda, lo que debía, leer teatralmente el buen discurso que Rajoy le ha puesto por delante. No le quedaba más remedio para intentar que no le quiten a trozos lo que considera su propiedad por derecho de herencia. Ahora es a Rajoy al que le toca llevar a la práctica esas palabras. Si las ha puesto en boca del rey es porque sin duda tiene la intención de cumplirlas. Veremos si lo consigue. Espero que sí.
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