No me considero nacionalista (los nacionalismos solo traen desgracias) y menos aún tradicionalista (la tradición me importa, literalmente, menos que un pimiento). El nacionalismo español ha sido una fuente de problemas, como se demostró durante toda la dictadura franquista; el tradicionalismo español lo mismo, como se demostró en el mismo periodo con la persecución de aquellos que, política o religiosamente, no deseaban defender esa tradición. Lo único que me importa, y cada vez más, son los derechos individuales aquí y ahora. Es por eso que quiero considerarme liberal. Sin duda mis ideas personales son conservadoras, porque creo que esa es la mejor forma para vivir, para mí, para mi familia y para la sociedad en general; pero creo que el liberalismo no nos incapacita para tener las ideas que creamos que son las mejores a nivel personal, familiar y de sociedad, sino que nos incapacita para querer imponérselas a los demás. En ese sentido nunca he tratado de imponer nada a nadie de ningún modo, ni tampoco he defendido ninguna imposición de ningún tipo. Unicamente defiendo mi derecho a expresar mis ideas (conservadoras normalmente) de forma pacífica, y allá cada cual si quiere escucharme o ignorarme.
Después del largo preámbulo he de decir que precisamente esa defensa de las libertades individuales es la principal base sobre la que decidí ponerme del lado de los no nacionalistas en Cataluña. Esas libertades individuales han venido siendo violentadas por largo tiempo, siendo su máxima expresión los días previos al referéndum del 1-O. Evidentemente lo anterior empeoraría (y mucho) en una Cataluña independiente.
También está el tema del cumplimiento de la legalidad. Entiendo que hay casos en que pueda ser justificable el incumplimiento de la legalidad, como cuando hablamos de leyes abusivas. Pero claramente no es el caso presente. La ley fundamental de España, la Constitución, fue votada y aprobada mayoritariamente no solo en el conjunto de España en general, sino en Cataluña muy en particular. Y sobre ella se fundamenta su actual Estatuto de Autonomía. Pues ambas leyes fundamentales de Cataluña, Constitución y Estatuto, han sido groseramente incumplidas por el independentismo para llegar a la actual situación.
A lo que hay que añadir lo que yo llamo "la ley del embudo". Los independentistas catalanes reclaman a gritos un "derecho a decidir" de Cataluña dentro de España, pero no están dispuestos a reconocer ese mismo "derecho a decidir" a entidades menores (barrios, ciudades, comarcas o, al menos, provincias) dentro de una Cataluña independiente. Y, claro, esa "ley del embudo", se fundamente en otra igual, por la cual para los independentistas catalanes el "pueblo español" no existe como tal (existe el Estado Español, que sería la suma de los pueblos dentro de él), pero si existe el "pueblo catalán", único, indivisible y sujeto activo de todas las decisiones.
Otra cuestión es la para mí muy importante de la verdad. Cuando desde el Poder se cae en la mentira se cae en la manipulación del individuo, al que se le prentende obligar a que tome decisiones basadas en que crea que existe una realidad que realmente no existe. Y esa mentira ha sido el arma favorita de los independentistas durante todo este intento de hacer una Cataluña independiente. Mentira tras mentira, a cada cual más descarada. ¿Cómo se puede apoyar una causa que basa su defensa en un cúmulo de falsedades? ¿Por qué una causa justa tendría que recurrir a la mentira?
Y finalmente tenemos la cuestión del estatismo, o sea, el tamaño del Estado y su carga sobre el individuo. Está claro que España es un país muy estatista. Pero, ¿la nueva Cataluña independiente lo sería más o menos? La pregunta no puede ser respondida con total seguridad, y tampoco podemos esperar a hacer el experimento para ver los resultados, ya que el experimento sería irreversible. Pero todo apunta a que esa futura Cataluña independiente sería mucho más estatista que la actual España. Tan solo hay que ver que los principales actores políticos muy probablemente serían ERC (un partido casi comunista) y la CUP (un partido comunista antisistema).
Resumiendo, y tomando como base ahora el punto de vista liberal generalizado de considerar el Estado como un ente opresor del individuo en mayor o menor medida, hay que llegar a la conclusión de que el Estado Español cae totalmente dentro de esa categoría, pero hay que afirmar con igual certeza que el pretendido Estado Catalán no caería en igual medida, sino que sería a todas luces mucho peor.
Como conclusión, tenemos que en realidad el presente independentismo catalán es un violador de las libertades individuales, incumplidor de la legalidad, practicante de "la ley del embudo", mentiroso, enormemente estatista y futuro gran opresor del individuo. Creo que razones más que suficientes para tomar partido por los catalanes no nacionalistas y la defensa de la legalidad española en Cataluña.
Creo que esta serie de artículos reflejan muy bien un futuro que ni imaginamos.
ResponderEliminarhttps://waitbutwhy.com/2015/01/artificial-intelligence-revolution-1.html
Gracias por el enlace.
Eliminar