Brigitte Macron, la "pobre víctima abandonada por su (ex)marido"

Habla también de cómo soportó el escándalo mientras intentaba al mismo tiempo preservar la buena relación con las tres hijas de su anterior matrimonio con un banquero que puso pies en polvorosa en cuanto el 'affaire' se dio a conocer.

Mientras tanto, el marido de Brigitte dejó a su mujer "de un día para otro"... Brigitte permaneció en su casa ocupándose de criar a sus tres hijas...

Aparentemente lo cuenta un libro que nos resume un artículo en El Mundo.

No lo dice explícitamente, pero se puede ver entre líneas que esta pobre mujer, profesora en un colegio privado, tuvo que criar sola a sus tres hijos, ya adolescentes, cuando su marido la abandonó... porque ella, con 39 años, estableció una relación con un muchacho de 15 años. No entro a hacer una valoración ética de la relación entre ellos dos por la diferencia de edad, pero es evidente que es muy cuestionable que una profesora de 39 años establezca una relación sentimental con un alumno de su clase de 15. Pero al leer el texto da la impresión que quien se equivocó fue el marido de ella, por abandonarla; se supone entonces que tal vez debió aceptar mansamente que su esposa le pusiera los cuernos con un chaval de, literalmente, la edad de sus hijos.

Yo alucino al leer determinadas cosas en Europa en general y España en particular (el artículo está escrito por un periodista español en un periódico español). Se ha perdido toda referencia no solamente moral, sino de simple ética e incluso de sentido común. Cada día queda más lejos de determinadas mentes, aparentemente muy ilustradas, una regla tan básica en todos los órdenes de la naturaleza como que cada decisión tiene consecuencias. Pero cuando la decisión es compartida ciegamente por la filosifía reinante y las consecuencias son indeseadas, entonces al parecer la naturaleza debe estar equivocada. Como alguien dijo que piensan en la práctica, "si la realidad choca contra nuestras ideas, cambiaremos la realidad". Y en eso están. El único problema es que la realidad es tozuda. Mucho.